En
pleno siglo 21, después de la iglesia católica, los evangélicos representan la
segunda población cristiana en el Perú, alcanzando un porcentaje que bordea el16%
entre todas las confesiones evangélicas y carismáticas, según las cifras del
Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Al año 2008, eran sólo
el 12.5%, basados en el Censo de 2007 que realizó el INEI. Se entiende por
evangélicos a personas que profesan la fe cristiana no católica como los
protestantes y carismáticos. El
incremento de creyentes de fe cristiana no católica, llamada desde el siglo XIX
como “evangélicos” se debe al crecimiento de grupos de corte pentecostal,
neopentecostal y carismático que ahora son las iglesias más numerosas del país.
Hay
más de un millar de colegios y escuela fundadas por las iglesias evangélicas en
el Perú y en las iglesias funcionan más de 500 consultorios de servicios médicos,
odontológicos y psicológicos. La iglesia evangélica tiene más de 20,000 templos.
En algunos de ellos ser desarrollan hasta siete servicios dominicales en un
mismo lugar.
En
todos los períodos electorales, tienen representación parlamentaria en los diversos
partidos políticos que están representados en el Congreso de la República. También
en los comicios son elegidos alcaldes, regidores y consejeros regionales. La
presencia de creyentes en los grupos políticos se hace a título personal. La
iglesia evangélica en general no patrocina ni organiza grupos o movimientos
políticos.
Una breve historia
La
presencia de los evangélicos en el Perú data de los inicios del virreinato, e
incluso, algunos ciudadanos influenciados por el protestantismo después participaron
en los grandes movimientos sociales emancipadores, entre quienes destaca la
iglesia metodista. Durante los inicios
de la gesta de la independencia, muchas personalidades latinoamericanas simpatizaron
con el protestantismo, llevadas por los pensadores franceses a adoptar el
liberalismo como medio de llegar al cambio que necesitaba el continente.
En
este sentido, la presencia de Diego Thompson, un educador protestante de origen
escocés marca un hito histórico en la educación peruana y la revaloriza en la cultura
peruana. Thompson dirigió la primera Escuela Normal en el país, quien fue
invitado por el libertador José de San Martín para establecer el sistema
lancasteriano en el Perú Es así como el 6 de julio de 1822, a través de un
Decreto Supremo, publicado en la Gaceta de Gobierno, se establece la creación
de la Escuela Normal bajo la dirección de Diego Thomson y teniendo como método
el sistema lancasteriano. Luego por este motivo se establece el Día del Maestro
Peruano el 6 de julio de cada año.
Después
de la guerra del Pacífico, el Perú abriría sus puertas a la presencia
evangélica. Será el pastor metodista Francisco Penzotti quien llega para
establecer la obra evangélica en 1888. La expansión del cristianismo evangélico
se da en todo el país. Sin proponérselo se establecen tierras de misión. La
iglesia Bautista se establece y desarrolla en el sur peruano, la iglesia
Presbiteriana en el norte, mientras que la iglesia metodista hacía lo propio en
el Callao y Lima. En 1915 trabajaban en suelo peruano más de 12 organizaciones
evangélicas, y las misiones se encontraban en todo el territorio, afirma el
historiador evangélico Tomás Gutiérrez Sánchez.
La
primera iglesia protestante del Perú se inició en 1864, en la calle Teatro del
Callao, exclusivamente para la colonia protestante de habla inglesa. El doctor
Tomas Wood sería uno de los primeros misioneros en llegar al país en 1891,
proveniente de la Iglesia Episcopal Metodista con sede en Nueva York. Tomas Wood
fue el fundador de Colegio América del Callao. Se hizo cargo de la obra que
inició el colportor Francisco Penzotti en el Callao. En 1893 Carlos Bright,
misionero norteamericano, organizó la iglesia Evangélica de Negreiros, en Lima.
En
los primeros años de 1900 se inició la lucha por la libertad religiosa en el Perú.
La iglesia Evangélica y la iglesia adventista jugaron un rol muy importante. El
11 de noviembre de 1915 se promulgó la ley de Reforma Constitucional del artículo
4 que suprimía la frase “Y no permite el ejercicio público de otra alguna”, refiriéndose
a la religión católica. Lo que ocurrió en Lima en esos días fue causa de gran
agitación popular por parte de los que pedían la libertad de culto y de
aquellos que no deseaban la promulgación de la ley. Una de las características
de las primeras misiones evangélicas en llegar al Perú era su labor social.
Durante
este periodo se caracterizaron por fundar escuelas, institutos superiores,
clínicas, orfanatos y otras instancias de ayuda social. Los colegios
protestantes constituían parte del quehacer misionero de los primeros
evangélicos. En la fundación de escuelas sobresalen las iglesias metodista y
Presbiteriana, que fundaron diversas escuelas en Lima y provincias.
La
creación de las escuelas metodistas fue obra de Tomás Wood, cuya perspectiva
era fundar escuelas en cada iglesia metodista de todo el país. La Iglesia
Metodista de los Estados Unidos funda en 1906 el Lima High School, hoy colegio María
Alvarado creados por la misionera Elsie Wood con el propósito de trabajar en la
enseñanza femenina. Esta escuela sería la que avanza en la toma de posiciones
respecto al movimiento feminista.
Por
otro lado, los presbiterianos escoceses fundan el Colegio Anglo-Peruano en
1917, hoy Colegio San Andrés, por el misionero Juan A. Mackay (1889-1983),
personalidad brillante que se desempeñó también como profesor de Filosofía en
la Universidad de San Marcos, desde donde pudo conocer a varios intelectuales
de la época. Fue Mackay quien invita a las aulas del colegio a varios
estudiantes de la universidad, como Víctor Raúl Haya de la Torre, Raúl Porras
Barrenechea y Jorge Guillermo Leguía para que dicten algunos cursos de letras y
derecho.
El trabajo con las comunidades indígenas también
estuvo presente en las perspectivas de las primeras misiones evangélicas.
Durante la República Aristocrática (1895-1930) existió gran preocupación por
los sectores indígenas del país. Se crean varias sociedades para atender este problema:
intelectuales, Iglesia católica y Estado se preocupan por atender las demandas
de las comunidades indígenas que sufrían la opresión de los gamonales y dueños
de hacienda.
Muy interesante e importante artículo. Nos falta trabajar en la unión de nuestras congregaciones.
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