martes, 19 de mayo de 2020

SOCIEDAD BÍBLICA PERUANA Y EL INSTITUTO TRAUMA HEALING CONTRIBUYEN CON LA MEJORA DE LA SALUD MENTAL EN EL PERÚ

RUTH DÍAZ

La crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19 y la denominada “cuarentena” que obliga a las personas a no salir fuera de la casa, está generando diversas enfermedades emocionales y mentales que están brotando en la población, provocando situaciones de temor, miedo o ansiedad. Ante está esta situación, Ruth Díaz, coordinadora nacional del Programa “Sanando las heridas del corazón”, proyecto de la Sociedad Bíblica Peruana (SBP) que cuenta con el respaldo de la organización internacional Trauma Healing Institute, reveló que para evitar el pánico y otras situaciones que afectan a las personas, hay que cuidar el cuerpo, procurando balancear bien los alimentos y dormir lo suficiente. Díaz quien también es la coordinadora de Trauma Healing Perú, sostuvo que la institución que representa recomienda hacer ejercicio físico, especialmente si se tiene dificultad para dormir. Con ello se reduce el estrés y se podrá dormir mejor.

Entre sus recomendaciones dijo que las personas no deben dejar de relacionarse con otras, aún si existe el deseo de estar a solas. Aislarse hará más difícil que se recupere pronto. Se debe buscar ayuda si se necesita y no dudar en aceptar la ayuda que se le ofrezca.
Entre otros consejos que recomienda Trauma Healing Perú es restablecer las rutinas, especialmente con los niños. Eso reducirá la sensación de caos. Es importante recuperar el orden. Por ejemplo, no se debe cambiar los hábitos del día para la noche. No olvidar que en el día se trabaja y en la noche se duerme.
Terminar los pequeños proyectos y tareas. Esto ayudará a restaurar un sentido de control y orden. Mantenerse alerta de cómo se está usando los medicamentos, bebidas alcohólicas y otros farmacodependientes que sirven para dormir o hacer frente a la situación. Evitar, tanto como sea posible, tomar decisiones importantes durante este tiempo.
Todas estas recomendaciones forman parte del documento “Más allá del desastre” que son los primeros auxilios espirituales para sobrevivientes del Instituto Trauma Healing y la Sociedad Bíblica Americana (ABS en los Estados Unidos).
ZONA CERO
El documento de la ABS llama “Zona cero” al símil ocurrido con una explosión nuclear. Se refiere al área geográfica que sido impactada al ocurrir el desastre. De la misma manera, ante la crisis actual cada ser humano se ha convertido en su propia “zona cero”. El miedo y la ansiedad está impactando en la vida de las personas.
Resultado de esa situación surgen algunas interrogantes que sirven de indicadores para medir el estado emocional de los afectados. ¿Cómo se siente la persona? ¿Tiene dolores de cabeza y siente agotamiento? ¿No tienes apetito o está comiendo demás? ¿La persona está ansiosa, abrumada, deprimida, irritada o enojada? ¿Pasa mucho tiempo en las redes sociales? ¿Está consumiendo bebidas alcohólicas o tomando farmacodependientes? ¿Empieza a tener malos hábitos o conductas inadecuadas? ¿Cuesta respirar cuando se piensa en lo que está sucediendo? Cada quien ahora asimila su propio desastre. Es decir, el mundo que se conocía cambió bruscamente.
APORTE
Ruth Díaz, mediante los aportes del Trauma Healing Institute, afirma que, en medio de la crisis, puede ser que no se tenga interés en relacionarse con Dios. “Es una reacción natural y no significa que se ha perdido la fe, porque habrá otras personas que estarán orando por la afectada, quien debe saber que Dios entiende su condición” El Salmo 103:13.14: “Con quienes lo honran, Dios es tan tierno como un padre con sus hijos. Bien sabe Dios cómo somos. ¡Bien sabe que somos polvo!”
SBP
En ese sentido, la Sociedad Bíblica Peruana pone al alcance de las personas el Programa “Sanando las heridas del corazón”, como una oportunidad de servicio y extensión de las Escrituras; así como lo hizo Jesús cuando estuvo en esta tierra y hasta hoy sigue “sanando a los quebrantados de corazón”. El Programa es efectivo porque une la teología con la experticia en salud mental, puntualiza Pablo Gutiérrez Perea, director ejecutivo de la SBP.

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